Los Fenómenos
naturales nos han afectado siempre a lo largo de la historia, incrementando su
frecuencia en los últimos años. Estos fenómenos han provocado muchos desastres
produciendo pérdidas económicas pero sobre todo humanas. Los daños producidos
por desastres son de varios miles de millones de dólares. Sin embargo, aunque
algunos tipos de catástrofes no se pueden evitar ni saber con exactitud cuándo ocurrirán,
como es el caso de los sismos, si es posible evitar muchas de sus consecuencias
mediante planes de prevención, preparación y mitigación.
Lo cierto
es que la Sub región andina está ubicada sobre tres placas tectónicas activas,
además de encontrarse dentro del “Anillo de Fuego del Pacífico”, zona que
cuenta con el 80% de la actividad sísmica y volcánica de nuestro planeta.
Además de que nuestro país está situado en la zona más sísmica del planeta,
otros factores se unen para hacernos aún más vulnerables a los desastres naturales.
Estos factores incluyen las viviendas construidas sin considerar aspectos de
seguridad en cuanto a ubicación e infraestructura, el aumento de la densidad
poblacional y crecimiento demográfico. La ubicación de la población migrante
en zonas de alto riesgo, frágiles geológica y ambientalmente y la expansión
de las ciudades sin ninguna planificación ni regulación que deben ser
fundamentales en países como el nuestro. Donde una vivienda mal construida en
un lugar poco seguro es sinónimo de pérdida y muerte.
La falta
de compromiso de las autoridades con respecto al control del cumplimiento de
normas en construcciones, ya sean viviendas u otro tipo de locales que albergan
personas incrementan el peligro al que por naturaleza somos vulnerables. Así como
también la minería informal y descontrolada y la deforestación que producen un
daño a nuestro ambiente y provoca un aumento de inundaciones y deslizamientos.
Pero sobre todo, el factor que nos hace más
vulnerables aún es la falta de educación preventiva. El peruano común
sufre de falta de conciencia preventiva.
En mi papel de comunicador, no
me voy a dedicar a informar sobre el pasado, sino a ayudar a prepararnos para
el futuro, ofreciendo al ciudadano información amplia sobre los riesgos y
la prevención de desastres naturales.
Es fundamental que las
autoridades, instituciones públicas y privadas y la sociedad civil se
comprometan seriamente para planificar con responsabilidad y convocar a los
demás.